domingo, 30 de octubre de 2011

Esto sí fue un gran impacto



Ganaste el segundo asalto. Me golpeó, pero fue de esos golpes que uno no siente por completo a pesar de saber su fuerza y consecuencias. No me duele. Probablemente si estuvieramos cerca, una cercanía de importancia, me habría dolido.
Pero estás lejos, muy lejos. Me alejé y luego tú también te alejaste (mil pasos), me duplicaste la distancia que inicié, y le sumaste otros cien más.
Los golpes pierden el efecto deseado. Dejaste de ser.

Pensé que me dolería, que el gran impacto me sacudiría de pies a cabeza y me haría llorar. No ocurrió nada.
¿Me pregunto quién ganará? Ya no doy ningún golpe, pero tampoco me afectan los tuyos.


Y sólo vamos en el segundo asalto, el segundo...

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