domingo, 27 de noviembre de 2011

Tercer asalto

Ella me decía que no me lo tomara en serio. En ella, osea yo, pero en ella, existía ese resistente dogma que habla de un sentimiento vacío, cercano al que sería antagonista del amor PERO obteniendo los beneficios del amor: sin caer en la ridiculez que conlleva y sobre todo en el dolor ingenuo y muy frecuente de quien se enamora.
Yo la escuché, me hice caso por un tiempo, funcionaba de lo lindo. Decía "No me interesa", y a veces era verdad así que me divertía y me sentía bien. Él nunca quiso nada serio, estoy segura, y yo en parte tampoco deseaba algo por el estilo. El problema fue cuando comenzó a interesarme , cuando comencé a recibir constantes regaños departe de mi misma, cuando él sabía lo que ocurría y continuaba dándole cuerda a esos mecanismos suizos, oxidados, de mi intrincado ser... Pasó de gustarme a ser algo más palpable, llegué a decirle esas dos palabras tan dificiles de decir para mí (no sin antes enseñarle que de verdad me costaba trabajo decirlo y que si lo hacía era real)
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Así que, de repente, cuando más alto me encontraba yo y sin intención de dar el salto todavía, un pequeño viento me empujó. Pero tú no estabas abajo para cacharme (and Heaven didn't help you catch me either Oasis tribute).
Estabas muy lejos y yo, tan miope como estoy, jamás me di cuenta. Así que me hice daño. ¿Cuál era el punto de dar a entender que habría una red de seguridad esperándome abajo, tus brazos, si no iba a ser así?
Tal vez esa fue la razón en primer lugar para que empezara a tomarme en serio nuestro juego dogmático. Sí, fui una hereje por no respetar la regla, pero creo que tampoco sabré si tu fuiste hereje a nuestro acuerdo alguna vez también. Me da miedo preguntarte, preguntarte si te gusté, si llegaste a quererme, if I was taken seriously: porque al parecer no le di importancia (tampoco supiste que me dolió). Y el hecho de preguntar me haría ver aún obsesionada con lo que no fue mío jamás.
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Y hasta hace poco vuelves a golpearme, esos golpes fuertes que vienen disfrazados de flirteo inocente, de cumplidos pasajeros, de guiños en emoticons... En fin, golpes babosos y sutiles pero que me duelen like hell... Me golpea el hecho de no saber qué buscas, si buscas algo en primer lugar, si yo soy una paranoica... ¿Me estoy golpeando yo sola?
¿Acaso esta pelea ha sido entre yo misma, tú solo observando?

Vamos en el tercer asalto y sigo sin atreverme a preguntar siquiera a los jueces... ¿Cuestionarte valdría como un golpe? Porque entonces no quiero que te duela, quiero que dejes de importarme para que a mi dejes de dolerme.

¡Devuélvemelo si aún lo tienes!

domingo, 30 de octubre de 2011

Esto sí fue un gran impacto



Ganaste el segundo asalto. Me golpeó, pero fue de esos golpes que uno no siente por completo a pesar de saber su fuerza y consecuencias. No me duele. Probablemente si estuvieramos cerca, una cercanía de importancia, me habría dolido.
Pero estás lejos, muy lejos. Me alejé y luego tú también te alejaste (mil pasos), me duplicaste la distancia que inicié, y le sumaste otros cien más.
Los golpes pierden el efecto deseado. Dejaste de ser.

Pensé que me dolería, que el gran impacto me sacudiría de pies a cabeza y me haría llorar. No ocurrió nada.
¿Me pregunto quién ganará? Ya no doy ningún golpe, pero tampoco me afectan los tuyos.


Y sólo vamos en el segundo asalto, el segundo...

sábado, 29 de octubre de 2011

Letras

Perreo intenso, culo fuera, mami beibi y otras parejas de palabras eran el tema en las canciones que me torturaba oír un cholo con su música a todo volumen, en pleno vagón de tren. Además el vagón va atascado de gente, así que ni siquiera podemos voltear a darle una mirada fea y agonizante a nuestro verdugo. No sé si odiarlo por condenar a la gente a oír lo que el oye, o condenarme a mi mismo porque en su lugar me importaría demasiado el respeto ajeno.
A veces me pregunto quién es más humano, el que actúa bajo principios, educación y valores o el que se acerca ignorantemente a un paso de la total libertad moral.
Para empeorar mis pensamientos, hoy es lunes. Son las 6 de la tarde. Me mudo a la casa de una completa desconocida, a pesar de ser familiar mío. Lo único que se sabe de ella es que es una prima lejana de mi madre (es decir que ni siquiera es mi familiar directo); nadie pudo decirme exactamente su edad porque al parecer sus parientes cercanos están muertos o regados por el mundo, y encima se desligó de toda comunicación con el resto la familia.

Tuve que mudarme a causa de mis estudios. La carrera de Letras no es tan costosa en esta ciudad, pero los extensos y numerosos viajes para llegar hasta aquí desde casa saldrían idénticos a los de estudios carísimos que, en fin, no puedo concederme. Así que la tal tía accedió a recibirme solo después de enterarse que debido a la universidad, yo no estaría en casa más que para dormir. No puedo negar que esa idea también me agrada.

Se detiene el tren en la octava estación desde que cambié de línea. ¡Ésta es la mía! Hasta nunca cholo, adiós mis acompañantes torturados, suerte chamaco atrapado detrás de la señora gorda en la esquina más alejada de ventanas. Me bajo, la gente de esta ciudad tiene miradas apagadas en sus rostros, caminan a toda velocidad hacia sus vacíos trabajos, sus aburridas escuelas, y carecen totalmente de cualquier dejo de amabilidad. Me empujan. Me considero un alma amable, así que no soy capaz de regresar la agresividad y abrirme paso descaradamente entre la multitud. Espero pacientemente a que se disipe la muchedumbre y pueda caminar tranquilo. No quiero que se me contagie esa prisa injustificada que poseen los citadinos. Me gusta esperar al tiempo, a que se apodere de mi, a que me dé nuevas razones para preocuparme de constantes consecuencias por mis tardanzas. Pero esperar al tiempo también me permite atrapar mejor ideas repentinas, ideas llenas de enjundia que enriquecen lo que sea que escriba. Espero tener mucho tiempo qué esperar cuando comiencen las clases.

Caminé unas 20 cuadras, disfrutando las calles que a otros les parecerían anfitrionas en la bienvenida a un barrio de mala muerte, pero a mí me gusta notar los detalles que hacen a esas calles feas, calles propias de la gente más ignorada. Tenis de distintos tamaños y colores, enredados en los cables adornan una fachada triste y sin más vida que el contraste de aquellos zapatos contra su fachada. La lluvia los ha reclamado víctimas, y poco a poco los ha ido pudriendo, al igual que los barrotes de las ventanas llorando óxido. Deprimentes edificios grises, de ventanas tan juntas entre si que dan una idea de lo reducidos en espacio que han de ser los cuartos dentro, se llenan de una embarrada de felicidad con pequeñas macetitas improvisadas en vasos de plástico usados, sus flores humildes pero rebozándose de luz.
Las pocas personas en la calle tienen los ojos de aquellos que han vivido rudamente y apenas logrando sobrevivir decentemente, pero sus palabras son amables entre ellos. ¿Me pregunto qué verán en mí al pasar? Seguro no es de por aquí, mira su cara de imbécil sonriéndole a los tenis colgantes. Sonrío más idiotamente con ese pensamiento.

- ¿Qué tanto sonríes, chaval?
Ya estaba frente a la dirección que buscaba, y una mujer menuda de unos sesenta-y-algo años me miraba completamente despectiva. Una urgente amargura se abría paso entre sus palabras, escalando su garganta rasguñando fuerte, causándole un tono aguardentoso que bien podría confundirse con una voz varonil. De rostro recto y más avejentado de lo que debía, se conformaba por el siguiente recuadro: Su nariz aguileña estaba coronada en el entrecejo por marcadas arrugas de fruncimiento, como si se encontraran permanentemente ahí desde décadas atrás; labios casi desaparecidos en una eterna mueca indiferente se encontraban secos y con algunas marcas de reciente desprender pellejitos; su cabello algo caído sobre su cara estaba descuidado, pues no parecía cortárselo ni pintárselo, así que entre cabellos muy negros había esporádicamente canas intentando reclamar suyo el territorio oscuro.

Así que mi primera impresión de la tía Justina es que es una arpía.



martes, 17 de mayo de 2011

Vegan and Veggie is not the same crap

Tarea de último momento.
160 pesos, moneda nacional, porque solo se puede pagar al principio de la semana.
Lápiz labial con fecha de expiración cumplida, todos los martes y jueves, para llegar puntual a las 5 de la tarde solo para aprender a decir:


Je ne t'aimé jamais/Yo nunca te amaré.



Je ne t'aimé jamais, porque te ríes de los testigos de Jehová, cristianos, budistas y demás religiones existentes. Amo que tu diosa sea la Naturaleza, though.

Je ne t'aimé jamais, porque te auto-invitas a mi Takoguarida, y termino negándome un día antes, sin que me repliques.

Je ne t'aimé jamais, porque tienes unos pelitos pelirrojos graciosos en la barba negra de tu mentón.

Je ne t'aimé jamais, porque eres veggie, y yo amo comerme a mordidas la sangrienta carne de res casi cruda, que te me desmayas por la pobre vaca occisa. (También demás animales que me mencionaste, puerco, pollo... Y en lo único que concuerdo contigo es no comer pescado)

Je ne t'aime jamais, porque solías darme la mano para despedirnos, como si fueramos colegas de trabajo. Y ahora beso directo, en la mejilla, me das. Y yo no te lo devuelvo.

Je ne t'aime jamais, porque tienes una copine. Y yo simplemente no comparto los suficientes gustos contigo. ¡Quiero ser tu copine, avec une merde!

Je ne t'aimé jamais, porque lloraría si me enamorara y llegara el momento de tu irreparable e inminente partida próxima.


Por estos y muchos otros detallitos exigentes y tontos, los cuáles solo yo considero, es que llego a la conclusión de que la razón raíz de que yo nunca te ame resulta ser yo misma.


Lápiz labial con fecha de expiración cumplida, todos los martes y jueves, para llegar puntual a las 5 de la tarde, solo para aprender a decir:


Toujours... C'aurait été amusement. / Sin embargo... Habría sido divertido.


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Not feeling rather emo-ish, though. Simplemente hay imágenes que me gustan, por más simples que sean.

domingo, 8 de mayo de 2011

PANDEMIA

Hola, jeje... (huye de los inmediatos proyectiles arrojados hacia ella por la larga ausencia)

D: Ya sé, soy una cabrona. Un mes sin escribir nada, pero no es porque no quisiera escribir: ¡Simplemente no se me ocurría nada! Y las pocas ideas que se me ocurrían durante el día se me olvidaban al momento de abrir una nueva entrada.
Pero les traigo un dibujo :D Click to enlaaarge, please.


Que pienso colorear luego, también.


El viernes comenzé (y Carol también) a empapelmachar una estatua que nos encargaron de Papirolas. Un trabajillo pues. Pienso comprarme una ya muy necesitada bicicleta con la paga. Claro que tenemos... una semana para tenerla lista, y mide 5 metros D:

Y como siempre uno ya haciendo planes con "la paga" y ni siquiera hemos avanzado como se debe. Recordé por qué odiaba tanto el papel maché, y odio llenarme de pegamento las manos. Eso sí, lo que sí adoro es quitarme el pegamento seco de las manos, estarlo arrancando es la hostia, joder (cabe mencionar que eso de ponerse pegamento en las manos durante las clases nunca fue lo mío y me caía gorda la gente que lo hacía... Pero arrancar pegamento si es algo placentero).

También descubrí que la madrugada es mi momento perfecto de productividad. Dibujos y papel maché al por mayor. Quién sabe por qué, tal vez la mera luz del Sol es la causa de que no quiera hacer nada durante el día, ¡pero en la noche me vuelvo muy eficiente! Estuve hasta las 3am de hoy haciendo papel maché y ni me cansé.
(Esperemos que esto de la eficiencia nocturna sea válida en cualquier otro caso -w-)

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Siguiendo con Papirolas, he asistido a dos juntas para los talleristas en el lugar de mi hermana, y debo decir que me ha gustado (al menos las primeras dos horas jaja). En ambas juntas se le dió un enfoque a la inclusión de grupos especiales a los talleres. Niños con diferentes tipos de discapacidad.
En la última junta hicimos algunos ejercicios en las que nos poníamos en el lugar de los niños. Me tocó la Sordera, y nos poníamos unos tapones en los oídos que si bien no era posible bloquear todo sonido, si limitaba mucho la audición. Así nos dimos cuenta de las necesidades que tiene un niño con esta discapacidad en cuanto al tallerista, pero que también aplica para todas las personas que se topen con ellos en general (que debemos estar de frente en todo momento para que puedan leer nuestros labios y movimientos con las manos, que hay muchas expresiones con las que podemos darnos a entender a pesar de no conocer el lenguaje de señas).

También nos ayudamos con unas plantillas que nos mostraban los distintos tipos de ceguera. Tenían un centro transparente y dependiendo del tipo de ceguera el centro transparente iba cubierto de alguna manera por parches blancos.
Fue interesante experimentar el hablar con una persona cuando no podías verla a la cara (ceguera central), e intentar leer un texto con ceguera en algunos puntos del ojos (ceguera diabética); y lo frustrante que es moverse cuando puedes ver al frente pero no tus laterales (ceguera de túnel)... Es decir, que aunque puedan ver un poco, de todas formas se vuelve difícil y agotador físicamente para las personas que padecen algún tipo de ceguera convivir con los demás y el entorno.

Por cierto que todo esto me vuelve loca jajaja Me encantan estas experiencias, y espero que al taller donde trabajaré le llegue un grupo especial para trabajar con estos niños!

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Por hoy eso es todo chavales... Hasta el próximo mes *jitomatazo* D: Intentaré escribir lo más seguido que puedaasítodojuntotalvez,loprometo.

miércoles, 6 de abril de 2011

It's not sane



All I can say is that my life is pretty plain,
I like watchin' the puddles gather rain.
And all I can do is just pour some tea for two,
and speak my point of view

But it's not sane, It's not sane...

I just want some one to say to me:
"I'll always be there when you wake",
Ya know I'd like to keep my cheeks dry today,
So stay with me and I'll have it made!


And I don't understand why I sleep all day,

And I start to complain that there's no rain...

And all I can do is read a book to stay awake,

And it rips my life away, but it's a great escape


Escape... Escape... Escape...


All I can say is that my life is pretty plain,
Ya don't like my point of view
Ya think I'm insane, It's not sane...
It's not sane



A veces me siento muy No Rain y me dan ganas de bailar improvisado vestida de Tako Bee...

Intentaré subir un dibujillo casual cada entrada, para regresar a la práctica rápida de todos los días.

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Y esta es la entrada número 100, no es extraño que me haya tomado tanto llegar a esta cifra, después de todo casi no escribo porque verán:
Mi mente literaria es una esponja exprimida en medio de un desierto, esperando por una lluvia nómada que decida pasar por encima. Seh.
Bueno y como tengo mucho sin usar esto como journal (más bien como bódega de escritos fumados y en su mayoría patéticos intentos de sonar genial), les dejo el resto de la entrada con resumidas noticias mías:

¡He terminado un curso de animación y solo quiero meterme a más y más! También empezar a hacer proyectos y ganar algún dinerillo. El cortometraje Mutatio de León Fernández, mi hermano, y en el que participé por varios meses concursó en el Festival Internacional de Cine de este año y ganó como mejor cortometraje :D TOTAL SUCESS. Me muero por ponerlo en mi currículum jaja "Asistente de Compositing, Mutatio 2011, Fuck Yeah Contráteme".

Estoy aprendiendo francés, y ayer tuve mi primer examen jaja. Me fue muy bien, lo comprendo todo pero tengo muchos problemas para escribirlo, y la ortografía es un drama total. Creo que tendré que hacer planas con dibujitos como niña de kinder a ver si así se me graban. (Como en la secundaria que decidí cambiar mis a's redonditas por las a's con rabito jaja y me puse a hacer planas hasta que la escribía por instinto)

En 11 días el asteroide cumple 19 años, y me preocupa pensar que el tiempo se me ha estado escapado de las manos por algunos años de ocio total... Me gusta pensar que empezaré a disfrutar más las cosas y a preocuparme menos por el pasado jaja pero sé que con nuevos trabajos eso será difícil.

En cuanto a cosas personales, todo va bien y divirtiéndome :D Parece que ya terminé de pagar toda cuota de karma pendiente, porque he estado entrando a relaciones nuevas que me tienen interesada y por demás, feliz. No estoy nadando precisamente en la felicidad, pero piso uno que otro charco y me rio bastante. A ver qué ocurre.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Old

Fue una noche de verano cuando se dió cuenta por fin de la razón de sus angustias. Es algo tan simple, la razón de envejecer, que uno la pasa por alto y termina atribuyendola a la pobre naturaleza. Me dijo, el secreto para permanecer joven por siempre es llegar a la edad elegida y no dejar que nadie, nunca más, vuelva a verte.

Y es que verás, me dijo susurrante, uno envejece por acción de las miradas.

Sí, yo me quedé tan perplejo como ustedes, y ella al notar mi reacción se apresuró a asegurarme:


¿Cuál es el factor siempre presente en nuestras vidas?

Estuve a punto de contestar mil respuestas, pero por su rostro supe que esperaba un silencio de mi parte.

Las miradas de la gente, me dijo.


"Todo el tiempo te están mirando. Tu familia, las personas en general cuando careces de familia, en la escuela, el trabajo, sales a la calle y habrá quien te mire aunque sea por unos segundos; todos te miran y la acción de los ojos permite al tiempo pasar por encima tuyo. Personas inclementes, aunque claro, no saben lo que ocasionan. Uno se vuelve tan viejo en las ciudades... Por eso la gente del campo envejece más lento, no por acción del aire puro, el buen trabajo y la comida fresca... sino porque hay pocas personas que los miren a diario. Incluso el hermitaño se conserva mucho tiempo fuerte, aunque sí, termina envejeciendo, porque suele mirarse al reflejo propio en ríos y lagos... Y se vuelve viejo por culpa de el mismo.


Sucede al revés con los lugares, edificios, cosas en general... Cuando la gente deja de mirarlos, envejecen a una velocidad impresionante. Lo que uno no mira, carece de importancia, pierde su valor como objeto y esto último es lo que lo mantiene útil. Pero con la gente, la importancia crece con el tiempo, y el tiempo con las miradas, es decir, las miradas con la vejez."


Pero si uno permanece joven cuando nadie mire, le dije, ¿Entonces qué objetivo tiene la belleza, el vigor y energia de la juventud si nadie puede apreciarlos? Ella rió, contestándome que bajo el flujo del tiempo esas cosas se volvían una mentira sólo presente en los recuerdos de nuestras miradas...


E inmediatamente después lloró, y me pidió perdón por haberme hecho más viejo con sus ojos en esos rápidos 5 minutos de nuestra plática nocturna... No pude hacer mucho para sacarla de su tontería, porque entre sollozos se despidió tapando sus ojos para no envejecerme, alejándose como una idea que no era mía y sin embargo sentía tan propia.



lunes, 14 de marzo de 2011

Hug an Engineer's Day

Engordó a base de jericallas y grasa de cordero para que su panza le ayudara a sostener el bloc de notas mientras recorría la ciudad anotando direcciones para regresar de 3 a 4 meses después a fotografiar cosas características, como puertas de madera, fachadas oxidadas, señoras gordas que se alcanzan a ver mirando TV por una de las ventanas, chamacos flacos sentados en portones que no tienen vecinos con quienes jugar y lo que más le gustaba: zapatos enredados en las líneas de teléfono.


Cerca del 80% de las personas que jamás le gustaron eran todos aspirantes a ingenieros, entre ellos dos Civiles, uno Químico y otro inseguro. Todos ellos igual de tercos, uno más inteligente que el otro, cada uno más insoportable que el anterior; pero todos ellos con ese impulso de criticar que los hacía tan interesantes.
De todo esto se dio cuenta una mañana, la misma mañana en que hizo cuentas y determinó que el promedio de su productividad artística era cercana a cero. O nula.
¿En la Ciudad de la Furia habrá ingenieros?

jueves, 24 de febrero de 2011

J

A esa hora en que se está más agusto al Sol (lo cual, claro, queda a criterio del lector, bien puede ser en la noche que no quema nada), le llamó este hombre desconocido por su nombre a lo que ella volteó.

- ¿Natalia, verdad? Tienes cara de Natalia, lo supuse. Sentí la urgencia de llamarte por el nombre correcto.
- ¿Y tú quién eres?
- No lo sé, no importa ya... Creo que llevaba una "J".
- ¿No recuerdas tu nombre?
- No lo quiero recordar, porque de nada me sirve si no es el indicado. Me dicen que tengo cara de Gabriel, pero la verdad es que yo me veo como de Daniel. Llámame Marcos.
- Te llamas Juan, o Jacob. Nombres bíblicos.
- No, me llamo Jonás. Te dije que me llamaras Marcos, pero no lo hiciste... Ahora tendré que irme.

Y se marchó. Así como se van muchas oportunidades por divagar respuestas que ya no importan.


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Natalia no atina ni una, pues.

miércoles, 16 de febrero de 2011

1629

Cuando terminó de vivir su vida, despertó para vivirla otra vez.
En esta ocasión salió cubierto de hormigas negras y el extraño jarabe de sus lágrimas. Ante el desierto de su lecho, comprendió que en esta su novena vida Natalia ya no seguía viviendo.
Ella se quedó en la octava, por pura terquedad: odiaba los números nones y amaba el ocho. Lo amaba tal vez incluso más que a Rodrigo.

Al levantarse, deambuló por novena vez los rincones vastos de los famosos reveses de la vida. La misma piel marchita de la juventud en sus manos; los ojos eternos que parecen mirar más allá de la sombra, y el corazón cansado de latir 3' 363' 840, 000 en vida (claro, multiplicado por nueve).

Pero ese Rodrigo ya no era Rodrigo... Porque sólo Rodrigo podía ser él mismo acompañado de Natalia. Ahora sólo quedaba Rigo, sin las demás letras.
Así que maldijo al ocho, al octavo, a los pulpos, a los múltiplos de tal número, a la 8th Avenue, al número atómico del oxígeno y a todo lo que se le ocurriera, pero no pudo maldecir el nombre de ella... Por tener sólo 7 letras.