Esas veces que respiras y huele a libro, y te das cuenta que hay barata afuera de una Gonvill, sharp smell.
Te acercas, nervioso, porque por alguna razón sientes que le dan punzadas a tu alma (no quieres transformarte en bookworm a los ojos de todos, después de todo); así que empiezas a buscar con ojos de buitre -no, no eres ingeniero- y eliminas mentalmente los rincones de la mesa en donde sólo hay apilados títulos de cocina, mini agendas y Cómo lidiar con su hijo adolescente.
Tus ojos se posan en un libro rosa -no, no eres marica- y te das cuenta que es una recopilación de páginas de José Saramago. Sonríes. Su valor es de $10. Sonríes más. Te lo llevas sin pensarlo dos veces.
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¡Lo mejor del amor es cuando es falso!
Te ríes, bromeas, no hay mesversarios, puedes terminar y no hay culpabilidad emocional, no hay razón para preguntarse por todo, te sientes algo incómodo en cuánto a proximidad física pero bueno, ya lo superarás.
Y después si te sientes culpable, pero no por el amor falsette, sino porque no quieres que venga el 8 de febrero. Tal vez si dormimos todo el día y nos saltamos del 7 de febrero hasta el 9 de febrero, esto pueda continuar sin haber deshecho tu orgullo falso en el proceso.
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Me siento muy libre desde que tuve una plática a mediados de enero. Y ahora que ya no tengo que hablar más de eso ni sentir que debo explicación alguna, ahora si que puedo seguir. Lo único que resiento es no haberlo hecho antes para librarme temprano.
Dejando de un lado la escuela, ahora sí me siento feliz.
Me gusta la felicidad, es como cuando el oso hormiguero creyó haberse comido todas las hormiguitas, pero en realidad las hormiguitas están dentro de su panza ingeniándoselas para comerse el oso hormiguero.
ResponderBorrar:D Yo quiero que me coma entera la felicidad. De adentro hacia afuera -extremely sexual innuendo-.
ResponderBorrarconmigo ya pasó la felicidad /:
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